Contenido
Conoce el cuento de La princesa que no se quería casar
El día de hoy te contaré la historia de La princesa que no se quería casar, un hermoso cuento que tiene una hermosa reflexión.
Wanda, la princesa que protagoniza esta historia, era una princesa muy bella y bondadosa. Gracias a esto, tenía muchos pretendientes, y todos le mandaban cartas al castillo.
Pero todos adulaban su belleza exterior, ya que no la conocían. Como todas las cartas estaban llenas de halagos y comentarios que la empalagaban, odiaba leerlas.
Le gustaba la naturalidad y que le dieran comentarios sencillos, así que casi nunca las leía.
Ella sabía que todo lo que le decían eran mentiras, comentarios que inventaban para intentar llegar a ella, casarse, y obtener la fama y fortuna que ella tenía en su reino.
Al principio las respondía con amables negativas, pero después de varias se cansó de hacerlo y no volvió siquiera a abrirlas.
Te dejo estos enlaces para que sigas leyendo cuentos:
Ella no estaba en contra del matrimonio, pero pensaba que cuando alguien se casaba, tenía que hacerlo porque estaba enamorado, y no porque la obligaban o porque estuviera aburrida.
Ella creía en que tal vez un día lejano se casaría, pero por ahora tenía otros sueños. Había oído acerca de una Universidad que impartía la carrera de medicina, que le encantaba.
Por esto, tenía planeado asistir en la primavera. Su verdadero sueño era continuar estudiando, y algún día llegar a ser la mejor doctora para poder ayudar a su reino.
El Oso Tosco y las abejas.
Tifón y la ballena
La princesa que no quería nadar
El ratón tranquilo
Pero aún no le había dicho nada a sus padres, y prefería no pensar en lo que ellos podrían opinar. Wanda quería tomar las decisiones por sí misma. Un día, por fin tuvo el valor de decirle a toda su familia, y les pidió reunirse.
“Buenos días, familia. Les pedí que se reunieran aquí conmigo porque quiero hablar de un tema que tiene que ver con mi futuro” dijo la princesa con mucha seguridad.
“Me alegra mucho que al fin hayas decidido con quien te vas a casar” dijo su mamá.
“No. Lo que les voy a decir es mucho mejor que eso.”
“Entonces, ¿de qué se trata?” dijo el rey, que también esperaba una respuesta acerca del tema de la boda.
“La verdad es… Que yo no me quiero casar con nadie. No estoy cerrada a la idea, pero ese no es mi sueño en este momento».
«Mi sueño es ir a la universidad la próxima primavera, y poder estudiar medicina, para ayudar al pueblo en el futuro.”
La princesa les explicó todas sus intenciones con la universidad. Y como los reyes la vieron hablar así de su futuro, se dieron cuenta de que su felicidad estaba en otro lado, así que respetaron su decisión.
“Yo quiero mucho a este reino, y mi más grande anhelo es poder ayudarlos. Una vez que termine mis estudios, volveré para mostrarles mi cariño y respeto cuidando de ellos y de su salud.”
Los reyes se sintieron muy orgullosos de que la pequeña princesa fuera tan determinada. Al principio estaban molestos porque no se casara, pero habían cambiado de parecer.
La madurez que les estaba mostrando significaba que en el futuro llegaría a ser una gran reina.
Los reyes ayudaron a la princesa a empacar todo lo necesario para irse a la universidad. Cuando estaba acomodando los últimos detalles, encontró las cartas de sus admiradores.
Decidió que debía contestarlas todas, así que les escribió explicándoles su decisión. Cuando recibieron sus respuestas, todos los pretendientes le enviaron sus mejores deseos.
La admiraban mucho porque seguía sus sueños. Cuando recibió las respuestas, se sintió aliviada por haber hecho lo mejor para ella.
Y como era de esperarse, al llegar la primavera la princesa se fue hacia la universidad. Ahí aprendió mucho, tuvo muchos amigos y pudo graduarse como Doctora. Al terminar la carrera, decidió viajar por todo el mundo.
Después de viajar muchos años y obtener mucho conocimiento, la princesa volvió a su reino, y durante el resto de su vida, gobernó con sabiduría y cuidó de la salud de todos sus súbditos.