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Hoy te contare el cuento de El Ratón y sus botones.
La historia de esta noche trata sobre un ratón muy viejo que llevaba toda su vida fabricando y perfeccionando adornos de todo tipo. Les ponía todo su cariño y empeño, y todos estaban hechos de botones.
Desafortunadamente, su trabajo, aunque estaba muy bien hecho, no le daba para ser rico. Pero eso no importaba, ya que el señor ratón vivía feliz con lo que tenía, no necesitaba más.
Y su profesión lo hacía muy feliz, así que no se quejaba de ella
“Hago lo que más me gusta en la vida, y me pagan por ello. Y aunque no es mucho, me alcanza para vivir. ¿Hay algo que pueda pedirle a la vida aparte de lo que ya poseo?” se decía el viejo ratón a sí mismo.
Pero su destino estaba a punto de cambiar. Se le presentó una oportunidad única en la vida: el rey había publicado un anuncio, en el que convocaba a todos los artesanos del reino a preparar sus mejores trabajos.
Él quería hacerle un regalo hermoso a su hija con motivo de su cumpleaños número 16, así que en verdad tenía que ser la artesanía más bella de todas.
El Oso Tosco y las abejas.
Tifón y la ballena
La princesa que no quería nadar
El ratón tranquilo
¿Quieres lujos y riquezas?
A cambio de esto, ofrecía todas las riquezas que se pudieran imaginar, junto con lujos y riquezas que todo aquel que tuviera cerebro, desearía con todas sus fuerzas.
El ratoncito pensó que podía ser la mejor oportunidad que tendría para poder dar a conocer las joyas que con tanto esmero hacía, o los portarretratos que tanto le encantaban a sus clientes.
A él no le importaba que le dieran los lujos y las riquezas, sólo le importaba que su arte fuera conocido en todo el reino, y si la princesa lo usaba, incluso podía llegar a reinos más lejanos.
Así que se inscribió al concurso. Pasó varios días consiguiendo los materiales que necesitaba para confeccionar su escultura, porque quería dar la mejor impresión.
Al llegar el día, se levantó muy temprano y fue el primero en llegar, por lo que cuando asignaron los lugares para trabajar, a él le tocó justo frente al trono del rey y de la reina.
Detrás de él, había una fila enorme de personas que fingían ser artesanos para llevarse la recompensa. Aunque también había verdaderos trabajadores que querían el dinero para vivir mejor.
Y comenzó el concurso para el Rey.
Cuando comenzó el concurso, todos hicieron los regalos tan rápido como pudieron y corrieron a mostrárselos al rey. Pero todos fueron rechazados.
A su majestad le había llamado la atención que el pequeño ratón trabajaba lentamente, pero se notaba que lo hacía con mucho esfuerzo. Colocaba cada pieza con mucha dedicación, y le daba su tiempo a todos los procedimientos.
El ratón había decidido hacer un collar, así que debía hacer que los botones resaltaran. Los pulió con tanto esmero que logró que brillaran, al grado de captar la atención de la reina.
El tiempo fue pasando, y todos los concursantes entregaban sus trabajos, pero ninguno convencía al rey. A las 4 de la tarde, el salón ya estaba vacío, sólo quedaba el ratón.
Cuando por fin terminó, se acercó a los reyes, y ellos tomaron el collar con mucha emoción. No necesitaban observarlo con detenimiento porque habían visto todo el esfuerzo desde el inicio.
Pero al tomarlo, fue inevitable observar lo detallado que era, y la dedicación que había puesto en él.
Y quien crees que fue el ganador del concurso.
Estaba decidido: el ratón era el ganador del concurso. El rey mandó a traer la recompensa prometida, pero el ratón lo detuvo.
“Muchas gracias, su majestad, pero lo que yo busco no son riquezas. Mi única intención fue dar a conocer mi trabajo, y que más gente en otros reinos pueda conocerme. Disfruto mucho haciendo mi trabajo.” Dijo.
Entonces el rey decidió contratarlo para que confeccionara sus joyas y esculturas para el castillo, y así, cuando alguien visitaba al rey, o la familia real visitaba otros reinos, lo primero que veían eran los botones.
Así fue como se abrió camino y continuó haciendo lo que tanto amaba. El demostró que estar satisfecho con lo que se tiene es la mayor riqueza que podemos tener.
Te dejo este Cuento de un Pequeño Ciervo.