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El cuento de hoy es sobre un lindo grillo.
Espero que este cuento de este grillo, te encante ademas te invito a ver todos los demás cuentos cortos que tenemos para ti, en esta pagina.
Había una vez una pradera enorme en la que vivían muchos animales. Entre ellos, estaba un grillo que se sentía demasiado preocupado. Hace algunos meses, se había enfermado de la garganta, y desde ese momento, se había quedado afónico.
Este resfriado había sido tan fuerte, que aún pasados los meses, seguía igual. Había visitado a muchos doctores, le habían recetado muchos medicamentos, muchos remedios, reposo total, que se quedara en su casa. Pero nada había funcionado.
A él le gustaba mucho cantar todo el día, y estar afónico lo ponía muy triste porque no podía hacer lo que más le gusta.
Cantaba tan bonito, que todo el pueblo se había dedicado a buscar una cura para su mal, pero nadie había podido dársela.
Un médico le recomendó que no intentara hablar por ningún motivo. Y así lo hizo por varios días, pero no funcionó.
Tifón y la ballena
La princesa que no quería nadar
El ratón tranquilo
Rundo y el colibrí
Otro Medico le dio un consejo a nuestro amigo el grillo.
Otro médico le dijo que hiciera lo contrario: que forzara a su garganta a hablar y cantar hasta que emitiera algún sonido, pero tampoco funcionó
Un chapulín que había estudiado mucho sobre plantas medicinales en Europa le había recomendado un té con tantas hierbas que ni siquiera podía recordarlas, pero no mejoró la situación.
Hasta un conejo que venía desde China le dio masajes en el cuello para relajar los músculos de su garganta, pero sólo logró darle una tremenda torticolis.
“Esto es una desgracia. Yo cantaba todo el tiempo, me sentía tan feliz, y ahora que ya no puedo hacerlo como todos los demás, soy tan desdichado.” Se decía a si mismo todas las mañanas.
Pasaron a algunas semanas, y comenzaba a acostumbrarse a no poder cantar. Pero aún no podía hablar, y nadie en el pueblo lograba escuchar bien lo que decía.
El grillo trabajaba en un circo, haciendo piruetas y jugando con globos para divertir a los niños. Un día, el dueño del circo, que sabía lo bien que cantaba, le pidió que hiciera un acto musical.
Tenia solo dos semanas para preparar el acto.
La función estelar del circo era en dos semanas, y el dueño le dio ese mismo tiempo para preparar el nuevo acto.
Esto sólo logró deprimir más al grillito, pues aparte de no poder hacer lo que más le gustaba, no podía cumplir con lo que le pedían en su trabajo.
Intentó hacer el musical, pero simplemente no lo logró. Se tomó las dos semanas para intentar planearlo. Así que tuvo que confesarle al dueño que había perdido la capacidad de cantar.
Al oírlo, se enojó muchísimo, porque ya no había tiempo para preparar algo que pudiera cubrir el espacio que le correspondía al grillo. Así que lo despidió. Eran amigos de mucho tiempo atrás, pero el grillo no le había dicho nada, por lo que se sintió traicionado.
El grillito se pasó una semana entera encerrado en su casa, sin siquiera levantarse de su cama.
La noticia llegó a oídos de su familia, y uno de sus primos decidió visitarlo para darle ánimos.
Yo formo parte de la orquesta sinfónica, le dijo.
“No creo que tu problema sea tan grave” le dijo intentando tranquilizarlo.
“Yo formo parte de una orquesta sinfónica que necesita trompetistas, y justo mañana empiezan las audiciones. Sé que tocas la trompeta desde niño, así que, he propuesto que tú ocupes ese lugar. ¿Qué te parece?”
“Muchas gracias, primo. Me gusta mucho tocar la trompeta, así que aceptaré encantado.”
Se presentó a las audiciones, y como era muy bueno, entró. Y desde ahí se dedicó a tocar la trompeta para la orquesta, lo que lo hacía más feliz que cantar.
Sólo así logró comprender que no debía ponerse triste por una pequeña adversidad en su vida, sino que debía encontrar la manera de continuar.
Te dejo este otro cuento de nuestro amigo Pulpi El Pulpo.
Pasados algunos meses sin cantar, su garganta se recuperó y pudo volver a cantar. Pero esto ya no le preocupaba, porque ya había encontrado su vocación.